No pretendo gustar, no soy la puta
intelectual que sin el beneplácito
de los lectores es fracaso tácito,
o tácito triunfo por astuta.
No vivo de gustar ni en el criterio
de la vanguardia baso mi disfrute,
porque, quieran o no, no repercute
su pálida exclusiva en mi misterio.
Tampoco soy humilde, realista
me llamaría yo, sin que la lista
de genios literarios me sonroje.
Porque pasado el tiempo, voy leyendo
desde mi corazón y percibiendo
que poca puta hay que me despioje.
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